Cada vez es mayor la preocupación tanto por parte de los padres como de los docentes sobre si uno de sus hijos o alumnos presenta un Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. El rasgo principal de estos niños es la alteración de la calidad de la atención y memoria de trabajo y muchas veces son etiquetados inicialmente como niños “vagos”, “desinteresados” o “desmotivados”. Pese a que ellos precisamente no sean eso sino que tienen una enfermedad como otra cualquiera que es el déficit de atención. 
La primera palabra que se viene a la mente de las personas cuando se menciona el 
Trastorno de Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDA-H), por lo general, es "hiperactivo". Sin embargo muchos niños, e incluso adultos, no presentan está condición. Su problemática radica en la dificultad para prestar atención durante un periodo medio prolongado a una tarea, o detectar el estímulo relevante.

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